El propósito de la ingeniería de seguridad nuclear es garantizar que un centro no presenta ningún riesgo, tanto
para sus empleados, como para la población civil o el medio ambiente. El objetivo es demostrar que el diseño, pero también el funcionamiento diario de una instalación, permiten limitar los contratiempos potenciales.

Para garantizar el cumplimiento de los criterios establecidos por la Autoridad de Seguridad Nuclear de Francia y lograr la mejor combinación técnico-económica, principalmente se aplican los principios de seguridad como ALARA (“As Low As Reasonably Achievable” [tan bajo como sea razonablemente posible]) o la defensa en profundidad.

Esto incluye verificar, por ejemplo, el buen desempeño de los diversos componentes de una instalación, la calidad de su mantenimiento y el cumplimiento de las especificaciones iniciales.
Esta actividad también permite adaptar centros antiguos a los cambios normativos para que cumplan con los requisitos legales.